Limpiametales Netol
El limpia metales Netol, brilla tanto como el sol
Una imagen que no solía faltar en el cajón de la limpieza de los hogares del siglo pasado era aquel limpiador con la imagen de un mayordomo, que dejaba los metales, y cualquier otra superficie, más brillantes que el sol. Era el limpiametales Netol. Una pasta que efectivamente limpiaba y pulía como nadie, los metales quedaban como nuevos. Aquello era casi magia.
El limpiador, que no solo limpiaba metales, nace de la mano de los empresarios Fresneda y Lorán, que se estableció a principios del siglo pasado en el número 17 de la Ronda de Sant Pere, en Barcelona. Desde su establecimiento proveían a todas las droguerias y tiendas de ulramarinos (los supermercados de la época) su producto de limpieza que limpiaba metales y los dejaba más brilantes que el sol.
La imagen del producto era un mayordomo con una cara algo deformada por su gran y bonachona sonrisa, su pelo rojo, una pajarita y un chaleco a rayas. Un verdadero mayordomo (precursor del de la prueba del algodón) cuya figura nada apolínea fijó enseguida la mirada de las amas de casa de la época. Además de en la prensa, su figura podía verse en numerosos lugares públicos: termómetros de calle, tranvías y en vallas publicitarias. En ocasiones se veía en los ultramarinos a tamaño natural, así que el icónico mayordomo miraba a los clientes de igual a igual.
Aquella figura de aspecto bondadoso impactó en la sociedad, al punto de que si alguien tenía buenas mejillas y poco cuello se ganara enseguida el apodo de Netol o al menos la contínua comparación: Se parece al mayordomo de Netol. Por cierto el nombre hace refrencia a su origen catalán: la palabra net indica limpeza, así que se le añade el sufijo -ol y tenemos un nombre pegadizo de acento científico: Netol. Por alguna razón que ignoro ese fue el nombre dado a una operación militar en la guerra de Ifni, quizás consideraron aquello como una operación de limpieza para liberar algunas poblaciones.
El limpiametales era un líquido viscoso, que se extendía por las superficies a limpiar y hacía un pulido que la dejaba reluciente, casi como nueva. Tan seguros de su eficacia estaban los fabricantes que ofrecián la inimagnable cifra de 10.000 pesetas de la época, una verdadera fortuna, en al época un obreo medio podía ganar unas 120 pesetas al mes. Vamos que si descubrías lago mejor eu el netol podías jubilarte. Realmente era un recurso publicitario bastante usado en la época.
Además del limpia metales también existían los polvos Netol, utilizados para limpiar suelos, marmol, loza, porcelana e incluso las manos. Otro portento de los productos de limpieza. Y como no un limpiacristales que por los años 70 también prometía limpieza total.
Actualmente ya no existe ni la marca ni aquel expresivo mayordomo ni el producto. Le ha sobrevivido su eterno competidor, el limpiametales Sidol.