La bombona de butano
Toda una superviviente desde mediados del siglo pasado que sigue manteniendo un importante papel en nuestras vidas actualmente. En 1957 los hogares epañoles necesitaban alguna fuente de energía barata y manejable y surgió la bombona de gas, concretamente de gas butano. En Europa se vendia bombonas de todos colores: azules, grises... pero los diseñadores de la época quisieron resaltar que en España se producian naranjas, así que eligieron este color para las populares bombonas de gas.
Nació en Madrid y rápidamente se extendió por todo el país. Siempre con precio regulado y fabricada por el monopolio Butano S.A. Pronto se convirtió en un elemento inseparable de la dotación de cualquier hogar. Su nombre pasó a identificar el color naranja: nacía el color butano.
Aquellas bombonas alimentaban la cocina: se acabó con el carbón. También pasaban a la historia las duchas en barreños con el agua calentada al fuego: los calentadores de agua a gas eran entraban en las casas. Y por supuesto la famosa catalítica, aquellas estufas de gas butano que calentaban el hogar sin los peligros del brasero de carbón en la mesa camilla. Fue un revolución para las familias en aquellos de despegue económico de España.
Comenzaron a venderse por 130 pesetas y era habitual ver en la puerta la bombona vacía que era cambiada por una llena por el repartidor de las populares bombonas..
Con la llegada de la democracía las acciones de Butano S.A. pasan a l instituto Nacional de Hidrocarburos hasta que en 1986 se crea la empresa Repsol que absorbe la empresa que pasa a ser Repsol Butano, distribuidor mayoritario de las bombonas. En esos años llega desaparece el monopolio y se liberaliza la distribución y venta del butano.