La casa de la pradera

La Casa de la Pradera, la serie estilo western familiar edulcorado

¿Quién no recuerda aquellas historias de la familia mejor avenida de todo el salvaje oeste? Si, la familia Ingalls, que se enfrentaba unida a todo tipo de desgracias y desventuras. Y siempre salía a flote. Efectivamente hablamos de La Casa de la Pradera, serie ideada por el ejcutivo de la cadena de televisión estadounidnse NBC Ed Friendly, quien se la propuso a Michael Landon (si, el pequeño Joe de otra gran serie Bonanza). A Landon le gustó tanto la propuesta que enseguida se ofreció como protagonista para el proyecto.

En España la serie se estrenó el domingo 21 de Septiembre de 1975, y sustituía a un western tradicional La ley del revólver, donde el sherif Matt Dyllon tenía que combatir a malhehcores de todo tipo. Todo lo opuesto a esta familia ideal.

La serie se basó en una adaptación muy libre, pero muy libre e idílica, de una serie de relatos autobiográficos escritos por Laura Ingalls Wilder, en la que contaba las vivencias de su familia en el duro mundo de los pioneros viajando por el salvaje oeste americano, a fines del siglo XIX. Por supuesto la adaptación televisiva se quedó con el componente más suave de la biografía y extrajo todo los valores familiares y religiosos posibles, lo que unido a la evocación nostálgica de aquellos tiempos y el sentimiento de aventura asociado, aseguraba un éxito televisivo..

Y la productora no se equivocó. Enseguida aquellos episodios de puro melodrama engancharon a multitud de televidentes. Allí estaban cada semana Charles Ingalls (Michael Landon) y su esposa Caroline Ingalls (Karen Grassle), tratando de hacer frente a la tragedia que les tocaba vivir. Su hija mediana era Laura Ingells (Melissa Gilbert), que como autora de los relatos se encargaba de relatar lo que ocurria en cada episodio. Con ella estaban su hermanita Carrie (Rachel Lindsay) y su hermana mayor Mary Ingalls (Melissa Sue Anderson), quien se quedó ciega cuando era adolescente, después de contraer la fiebre escarlatala. La tragedia estaba servida. Cada episodio había que verlo con una buena provisión de pañuelos de papel.

En la serie la familia Ingalls no era una familia adinerada y latifundista, no, era una familia humilde y abnegada dispuesta a enfrentar unida cualquier obstáculo en su casa de la pradera, y a ayudar como buenos vecnos a los habitantes del pueblecito de Walnut Grove. Allí no había nada de la acción tradicionalmente asociada a las películas del oeste.

Para redondear la historia, frente a una familia de tan elevados valores y profunda bondad y abnegación estaba la pequeña Nellie, la hija de los ricos del pueblo, los Oleson. La pequeña y su madre Harriet Oleson (Katherin McGregor) eran repulsivas, orgullosas, repeletnes, la perfecta contraparte a Laura Ingalls y su madre Caroline. Ambas, con la ayuda del otro hijo, el pícaro Willie, siempre andaban buscando la manera de perjudicar a los encantadores Ingalls. A diferencia del Sr. Oleson, un tipo amable educado y bondadoso y amigo de Charles Ingalls.

A lo largo de la serie la familia creció con niños adoptados, Laura se convirtió en maestra del pueblo, Mary se casó, tuo vo un hijo... que murió. Pasraon por desgracias personales, mudanzas forzadas, desastres naturales. Bueno algunas alegrías también hubieron, las bodas de las hijas, como no podía ser menos. De todas formas no era mala idea tener a mano una caja de pañuelos a la hora de sentarse a ver cualquier episodio de aqeulla memrable serie de televisión.

Por cierto que el llibro en el que, lejanamente, se basa la serie se reeditó en el año 2015, la versión original completa sin capítulos censurados. Aparece la verdadera narración de las andanzas de una familia pobre de solemnidad, recorriendo continuamente durante 16 años los estados de Minnesota, Kansas, Missouri o Iowa. Episodios duros de un mundo duro, y una familia no tan idílica, que desde luego nunca tuvo una casa en ninguna bonita pradera.